Nos fuimos a Trujillo los 3. La verdad que no es la primera vez que vamos, pero ahora que mi hija está un poco más grande y puede disfrutar más del viaje, pensé en prepararnos para que ella pueda disfrutar y ver qué ofrecía Trujillo para un viaje con niños 😊.

La ciudad de Trujillo está a 50 minutos en avión desde Lima y a 8 horas en auto (557 km.). Esta vez fuimos en avión, tampoco es la primera vez que mi hijita viaja en avión, pero ahora parece que se hubiera comido 500 loros juntos y a voz en cuello me decía:

- Mami, ¿ya despegó el avión?

- Todavía hijita, falta poco, tenemos que esperar.

- Mami, ¿quién maneja el avión?

- El piloto hijita.

- ¿Quién? ¿Él, él, ella, él, ella? (señalando a todas las personas que veía a su alrededor).

- No hijita, el piloto está en la cabina con los controles del avión.

Y cambiando el tema drásticamente:

- Mami, ¿sabías que Stefano se hizo caca en su calzoncillo?

- No grites hijita (escondiendome debajo del asiento).

Cuando se acabaron las preguntas, empezó el repertorio musical:

- "A pulgarcito lo invitaron, a pulgarcito lo invitaron ..." (¡qué canción tan apropiada para el viaje!)

Y así se la pasó los 50 minutos hablando y cantando sin parar. Cuando llegamos, la señora que estaba en el asiento delante nuestro voltea, la mira con media sonrisa y me dice:

- ¿Cuánto tiempo tiene?

- 2  años y 8 meses - le respondo con sonrisa nerviosa.

- ¡Cómo habla! ¡qué tal vocabulario que tiene! - luego de una pausa - ¡felizmente el viaje dura solo 1 hora!.

Y así llegamos a la ciudad de la eterna primavera. Decidimos que todavía está muy pequeña para hacer el tour a las huacas y a Chan chan, que son paradas obligatorias en Trujillo y que haremos más adelante, así que estuve buscando alternativas.

La primera que encontré fue que en el Real Plaza, hay un local con juegos para niños gratuito. Así se quedó jugando con su papi un rato mientras yo miraba la nueva H&M que han abierto 😉.

Luego fuimos al Museo del Juguete (Jr. Independencia 705, Centro Histórico). A mi hijita le encantó, aunque tengo que decir que habían algunos muñecos bien "creepy", pero ella feliz. Es un museo chico con 3 salas, una de muñecas, una de juguetes varios (caballitos, soldaditos, payasos) y una prehispánica en donde hay huacos y representaciones de jueguetes. Las dos personas que atienden son súper amables y dan algunas orientaciones sobre el origen de los juguetes. La entrada cuesta S/7 adultos, y los niños no pagan, atienden de lunes a domingo.

Otro de los lugares que descubrí fue el Jardín Botánico, un jardín amplio con lagunas y algunos animales como tortugas, patos, pericos australianos y pavos. Se puede hacer picnic en los jardines y es un lugar tranquilo como para que los niños puedan correr y nosotros descansar. Además está de moda que los trujillanos hagan sus sesiones de fotos ahí, así que te toparás con novias, bebes y enamorados posando para la cámara. La entrada es gratuita y está abierto de lunes a domingo.

Para comer, dejamos de ir a nuestro habitual Squalo's o el Romano para buscar un restaurante para niños. Fuimos a Rey Sol, restaurante tipo campestre camino a la Huaca de Luna. Al llegar no me gustó mucho porque el volumen del show era muy estridente, estaban cantando cumbia y el animador gritaba. Es un lugar con un jardín amplio con juegos para niños y con piscina. Lo que más me gustó fue el show de marinera y caballos de paso, súper lindo, y mi hijita fascinada viendo el espectáculo.

El domingo tuve la intención de ir al Mercado Central y caminar un poco por el centro, pero no recordé que todo cierra a la 1 PM! todo vacío y cerrado, incluso quería mi jugo surtido de la juguería San Agustín (un clásico) y cerrado también. Tristes nos pusimos a caminar por la calle Pizarro y nos encontramos con la agradable sorpresa de un artista con marionetas de materiales reciclados. Un espectáculo muy lindo y en la calle 😊

Así terminó nuestro viaje a Trujillo, con la familia, sol durante el día, descanso, paseos y sorpresas 😍