La primera vez que matriculé a Ale en clases de ballet fue cuando tenía 2 años. Quería ir probando qué cosas le gustaban para ponerla en verano cuando estaba de vacaciones del nido. Además el pediatra me había dicho que era hiperlaxa (mayor flexibilidad) y que podía tener condiciones para el ballet o la natación.

A esa edad las clases son de pre-ballet, con juegos y ejercicios, me encantaba verla estirarse e intentar mantener el equilibrio con pose de bailarina o cantar "libre soy" mientras recorría el salón con sus manitos estiradas hacia arriba. Resulta que le encantó el ballet y pidió continuar todo el año hasta noviembre.

Este verano no la matriculé porque la puse en otras actividades y pensé que era suficiente, pero ella seguía reclamando: "mami, quiero ir a mi ballet!".

Pensé también en cambiarla de academia porque en la que estaba habían muchas niñas y mucho desorden, así que busqué una academia cercana y la encontré. La he matriculado este mes y está feliz, ahora que está un poco más grande ha mejorado notoriamente, me encanta verla con su tutú y sus zapatillas de ballerina.

El primer día, cuando estaba admirando a mi hija y a sus compañeritas sentadas en círculo alrededor de la profesora, llegó un pequeño, se asomó a la puerta del salón y se quedó inmóvil:
- Entra hijo - le decía su papá.

Pero él no se movía de la puerta, la profesora vino lo tomó de la mano y lo hizo pasar. Me dio tanta ternura y admiración ver a ese pequeño entrar a un salón lleno de tutus rosados donde él es el único niño, es para aplaudirlo. Ya Ale me había preguntado si los niños también bailan ballet y yo le dije que si, pero me puse a pensar que iba a ser bien difícil que vea a un niño bailando porque el mundo del ballet es predominantemente femenino y todavía hay muchos prejuicios al respecto, pero en esta academia lo hay y estamos felices. Ale dice que su amigo también baila bonito 😍.

Me puse a leer un poco sobre el ballet y resulta que muchos futbolistas y deportistas del rugby (hombres) han descubierto cómo los ayuda en la tonificación de sus músculos y que mejora su equilibrio y su postura.

Otra cosa que me encanta del ballet es la música, cuando Ale estaba en mi barriga yo le ponía música clásica, no sé si tenga relación, pero ahora le encanta la música clásica. A veces me pide que le ponga en la casa y se pone a bailar. La capacidad musical está estrechamente ligada a la capacidad fono auditiva y psicomotora. Hay autores que vinculan el ritmo al instinto, la melodía al afecto, y la armonía y el arte al intelecto.



La expresión corporal en el sentido de tomar conciencia del cuerpo y aprender a utilizarlo plenamente desde el punto de vista motriz y su capacidad para poder expresar ideas y sentimientos es otro beneficio del ballet que me encanta, porque además está ligada al desarrollo de una autoestima positiva, se sentirán seguros con su cuerpo y podrán expresarse a través de él.

Y para completar los beneficios del ballet, que además no tienen género y deberían animar a los niños que les guste bailar que lo hagan, es que estimula la circulación y la respiración, corrige malas posturas, ayuda a ganar elasticidad, ejercita la coordinación, agilidad y equilibrio, ayuda a corregir el pie plano, previene obesidad infantil y colesterol, desarrolla el oído y la memoria.



Por último recomiendo que vean la película "Ballerina" (está en Netflix) y este video de una bailarina que es un ejemplo que si a uno le apasiona lo que hace, lo hace durante toda su vida: