Estas navidades, hubo muchas iniciativas para donar juguetes a niños de bajos recursos. Amadriné a una niña que se llama Brisa, de 3 años, la edad de mi hija.

Para que Ale pueda participar en esta iniciativa, escoger su regalo nuevo y algo entre su ropa y juguetes que quiera donar, le conté una historia sobre Brisa, que tenía su misma edad, que también le gustaba ver Peppa Pig y que íbamos a darle un regalito por navidad. Le mostré su foto y le pregunté:

- Ale, qué te parece si buscamos un regalo bonito para Brisa y además también le podemos regalar algo que quieras compartir con ella de tus juguetes o de ropa.

- No quiero.

- Pero, ¿por qué hijita?

- No quiero darle nada a Brisa - me respondió enojada.

 Pensé que tal vez era demasiado pedirle que comparta sus juguetes, entonces le pregunté:

- Entonces, le podemos escribir una carta y hacerle un dibujo, ¿qué te parece?

- Nooooo! - y le entró la pataleta.

Me sentí mal, ¿estaré criando una niña engreída y egoísta? ¿por qué no quiere hacerle ni un dibujo? No le insistí, la dejé que se calme y al día siguiente le volví a preguntar y la respuesta fue la misma. Así que me puse a leer sobre el egoísmo en los niños.

Nuevamente encontré muchos autores y muchos consejos, así que "empecé por el principio" y leí un poco de la teoría de Jean Piaget sobre el egocentrismo como "la dificultad que tienen los niños de situarse en una perspectiva distinta a la suya" y que sobre todo entre los 3 y 4 años, cuando el "otro" quiere cosas distintas empiezan los problemas. Por ejemplo, escuchamos más el "yo" o es "mio". Piaget dice que "el egocentrismo no es de naturaleza moral, sino mental, por cuanto el niño es incapaz de tener en cuenta el punto de vista de los demás, y por lo mismo considera justo y verdadero solamente lo que él piensa y dice". Entonces el egoísmo en un niño es parte de su desarrollo, parte del descubrimiento del yo y del otro, no es igual al egoísmo de un adulto que tiene sí, una naturaleza moral.

El niño conoce el mundo según una sola perspectiva, la de él mismo. Es por ello, que tiene dificultad para ponerse en la perspectiva del otro, para separarse de su propio punto de vista e imaginarse cómo entiende las cosas otra persona.

Sin embargo, y también como parte de su desarrollo, creo que hay que explicarles y hacerles entender que esas actitudes no están bien, que es bueno compartir con otros y que no todos pensamos igual ni queremos las mismas cosas.

Entre los consejos que me gustaron eran las de poner reglas claras de comportamiento, así evitamos las pataletas, pero nunca someterlos a chantajes emocionales. Y como siempre, utilizar los cuentos para plantearles situaciones que les ayuden a comprender y aceptar que no todo es de ellos y que no todo es para ellos, que jueguen en grupos de varios niños y que ellos elijan el juguete que quieran compartir.

Al final Ale no le hizo un dibujo a Brisa, pero sí quiso darle un regalo y se puso feliz cuando vio su foto con él, y luego me dijo:

- Mami, le voy a regalar una bebe (una de sus muñecas) a Brisa.

Ahora, pocos meses después, ya no tiene esas actitudes, comparte con sus primos, con sus amigos del nido, con nosotros e inclusive ha superado el hecho que cuando un juego estaba lleno, tipo cama saltarina o piscina de pelotas, ella no quería entrar porque quería todo el juego para ella. Otra cosa que me ayudó era repetir la canción de Daniel tigre "el compartir me va a divertir" cuál mantra!, así ella se reía y no me hacía pataletas.

Hoy me sorprendió cuando la llevaba al nido en el auto, vimos a una chica con su bebe en la espalda vendiendo golosinas. Ale lo miró y me dijo:
- Mami, ¡un bebe! Le quiero dar algo - mientras comía su pan con queso que no terminó en la casa.
- Si hijita, ¿cómo qué le quieres dar?
- Un pan con queso, no, mejor un plátano. 😍

Mañana armaremos una loncherita para llevarle al bebe 😍